
A nadie se le escapa que el sistema Micro Cuatro Tercios no está viviendo su mejor momento. Panasonic lo tiene bastante abandonado, a pesar haber lanzando no hace mucho la GH7 y la G9 II. Y aunque OM System sigue dando batalla, su ritmo de lanzamientos y, sobre todo de innovación, es una sombra de lo que fue Olympus en sus años de esplendor.
Pero los caminos de la fotografía son inescrutables, y esta situación podría cambiar en cualquier momento. De hecho en los últimos tiempos hay una demanda creciente de cámaras pequeñas y de compactas avanzadas, dos segmentos para los que el sistema Micro Cuatro Tercios parece perfecto.

De hecho el escenario actual parece pedir a gritos algo similar a las míticas Panasonic GM1 y GM5, cámaras Micro Cuatro Tercios con objetivos intercambiables y el tamaño de una compacta bolsillera. Un saga que se extendió en el tiempo hasta morir en 2017 con la Panasonic GX800.
Pues esto mismo es sin duda lo que deberías estar pensando los fundadores de Esquisse Camera, un grupo de fotógrafos aficionados que se han embarcado en la titánica tarea de desarrollar una cámara portátil, de altas prestaciones y con un diseño muy minimalista. Algo así como un cruce entre la Sigma BF y la citada Panasonic Lumix GM5.

Aunque el proyecto está aun en sus primero pasos, en la web de Esquisse Camera explican muy claramente cual es su visión: una cámara de menos de 350 gramos, con diales para el diafragma, la compensación y el ISO, armada con un CMOS Micro Cuatro Tercios de más de 20 MP y con un visor integrado en el cuerpo, en un lateral.
El diseño estará a medio camino entra el clasicismo y la modernidad, con un cuerpo construido en una sola pieza de aluminio y recubierto de cuero. Todo ello por un precio que no debería superar los 2000 euros.

Tal y como explica Côme Courteault, co-fundador de Esquisse Camera, el proyecto de cámara está directamente inspirado en la Panasonic GM5 y en la Olympus Pen, aunque con el tacto y los materiales de una Leica M11. Pero siempre manteniendo un tamaño los más compacto posible como prioridad.
Courteault afirma que el objetivo es que la cámara tenga un tamaño similar al de una baraja de cartas o un paquete de cigarrillos. «Siempre vemos que hay un mercado para este tipo de cámara de bolsillo para fotografía callejera y viajes», afirma.
Se habla también de un diseño resistente al polvo y las salpicaduras y de un almacenamiento interno de 256 GB. Y por cierto, posiblemente la cámaras no grabará vídeo, por un lado para evitar el calentamiento y por otro porque quieren ofrecer una experiencia totalmente fotográfica.











Es un sistema fantástico para todo uso profesional. Lo que sucede es que estamos llenos de prejuicios. Hay veces en el que el tamaño no importa (sensor ..!!)