Es la primera Fujifilm X en muchos años que se presenta con un precio por debajo de los 1000 euros. Como reclamo no está nada mal, hay que reconocerlo. Y es que la nueva cámara Fujifilm X-M5 que se acaba de presentar rescata aquella gama de entrada en la que durante años Fujifilm jugó con diversos modelos pero que luego desapareció sin dejar rastro.
La vuelta en forma de esta Fujifilm X-M5 admite, como casi siempre, muchas lecturas. A priori parece una buena noticia para todos aquellos interesados en la estética y prestaciones de este sistema que puedan sobrevivir con 26 megapixeles en vez de con el último sensor de 40 MP de la marca.
Para quienes el resto de modelos se queda lejos del presupuesto, de hecho, a la lista de alternativas económicas a la Fujifilm X100 VI habría que sumar esta nueva X-M5 en un lugar de honor.

Pero también es verdad que este estreno será un poco decepcionante para quienes estuvieran esperando una X-E5 o una X-Pro 5. También obliga a preguntarse cómo es posible que Fujifilm apenas pueda servir todos los pedidos de sus modelos estrella, empezando por la citada X100, pero tenga capacidad para fabricar esta nueva X-M5.
La respuesta, suponemos, tiene que ver con componentes, líneas y países de producción y, en fin, cosas que tienen poco que ver con la fotografía o los intereses del mercado.
Fujifilm X-M5, pequeña pero bien construida
Hemos podido pasar unas horas con una unidad de preproducción de la Fujifilm X-M5 para hacernos una mejor idea de lo que ofrece -y lo que no- y también recopilar una pequeña galería de muestras tomadas con el zoom estándar, el motorizado 15-45 mm f3.5-5.6 con el que se presenta en modo kit por 999 euros. El cuerpo se venderá por separado por unos 900 euros.
La Fujifilm X-M5 llega en acabado negro y plata. Todo muy sobrio, así que nos aventuramos a imaginar que Fujifilm guarda para más adelante otras versiones de colores. Hablamos de una cámara que apunta más a los creadores de contenidos y a los jóvenes que dan el salto desde el móvil, así que tanto clasicismo nos extraña.

En cualquier cosa, ha sido una grata sorpresa comprobar los buenos acabados, la ergonomía y, en definitiva, la sensación entre las manos. Teníamos un recuerdo mucho más plásticoso de aquellas X-M1, X-A7 y compañía, pero aquí parece que se han querido hacer mejor las cosas.

¿Un guiño a esos que sueñan con la X100 pero no llegan? Seguramente. Bien jugado, Fujifilm. De hecho, también sorprende para bien encontrarnos con dos diales de control, una rueda de modos e incluso un pequeño joystick que, sin ser ninguna maravilla, ayuda a la selección del punto de enfoque.
Fuji X-M5, sin visor ni estabilizador
Aunque son cosas de esas que las marcas no suelen reconocer claramente, está bastante claro que la Fujifilm X-M5 apunta al segmento de la Sony ZV-E10 II, combinando prestaciones de foto y vídeo con un tamaño muy compacto y un precio ajustado.
La reducción del tamaño y suponemos que de costes también pasa factura a las prestaciones. La ausencia de visor electrónico se enmarca en esa filosofía de cámara para creadores de contenidos, pero también es verdad que alejará a los más interesados en la parte fotográfica y que se niegan a renunciar a esta prestación.
La ausencia de estabilizador en el cuerpo es otro de los puntos flojos de este modelo. Se puede entender por tamaño y peso, cierto. También es verdad que los estabilizadores en el cuerpo dentro de los modelos más sencillos son algo raro en Fujifilm y que su principal competidora, la citada Sony ZV-E10 II, tampoco lo tiene. Pero, en cualquier caso, es algo a tener en cuenta y que, si hablamos de vídeo, deja toda la responsabilidad en la estabilización electrónica.

Respecto al uso del sensor de 26 MP en vez del de 40 millones de puntos visto en la X-T5 y T-50 es algo esperable y comprensible. Y que deja espacio para una X-E5 con visor y 40 megapixeles, también es verdad. Pero la denominación puede confundir un poco en el caso de esta X-M5.
Vídeo hasta 6,2 K
El apartado de vídeo es otro de los aspectos destacados de esta pequeña cámara, que cuenta con unas prestaciones muy similares a las de la X-S20, uno de los modelos híbridos más interesantes en su gama de precios.
Así, la Fujifilm X-M5 es capaz de grabar en formato «open gate», es decir usando toda la resolución y la superficie del sensor para conseguir un flujo de vídeo en formato 3:2 de 6240 x 4160 píxeles a 30 fps. Este modo de grabación es muy útil para tener más margen para recortar los vídeos en horizontal y en vertical, así como para usar objetivos anamórficos,

También es posible grabar en 4K a 25 y 30p sin recorte, y en 4K a 50 y 60p con un ligero recorte de 1,18x, todo ello con muestreo 4:2:2 y 10 bits de color. Eso sí, al no contar con estabilizador en el cuerpo hay que tener en cuenta que el estabilizador digital aumentará el recorte hasta 1,44x.
En cuento al calentamiento desde Fujifilm aseguran que la X-M5 puede grabar más de 60 minutos en 4K a 25p con una temperatura ambiente de 25 grados, lo cual parece una cifra aceptable teniendo en cuenta el tamaño de la cámara. Este modelo, por cierto, también es compatible con el ventilador externo que la marca lanzó junto a las X-H2S.
Al igual que la X-S20, la X-M5 cuenta con un modo específico para vlogging para los que no se quieran complicar la vida con el vídeo. Además, la cámara viene armada con un micrófono de triple cápsula que permite configurar la dirección de la captación del sonido.
En definitiva estamos ante una cámara muy capaz en vídeo, con alguna prestaciones nunca vistas en este segmento de precios. Y en el terreno del vlogging será sin duda una feroz competidora para las ZV-E10 de Sony.
Filosofía X por menos de 1000 euros
Otro de los detalles clave de la X-M5 es el dial dedicado a las simulaciones de película. Algo que ya vimos en la X-T50 y que ahora adopta esta pequeña cámara. Un atajo muy interesante para acceder a esta función que es parte de la idiosincrasia de Fujifilm desde hace años y perfecto para obtener imágenes listas en JPEG sin edición posterior.
De hecho, esa idea de ofrecer la experiencia de uso del sistema X pero en un formato más asequible y económico es el principal aliciente de esta cámara. Y, pese a las renuncias (visor, estabilizador…) lo cierto es que lo consigue muy bien con el diseño, la ergonomía y detalles como esta rueda de filtros.
También es verdad que combinar ese cierto clasicismo con la creciente importancia del vídeo no es algo fácil en un segmento como el de los creadores de contenidos donde parece que todas las marcas quieren estar, aunque cada vez empezamos a tener más dudas de que haya espacio para todo el mundo.
Más si hay que enfrentarse a un modelo como la Sony ZV-E10 II, que en dos generaciones ha conseguido un notable éxito de ventas. Y tampoco olvidemos que la Fujifilm X-S20, con visor y trípode, se puede conseguir por menos de 1500 euros aunque, renunciando a un tamaño tan compacto y al diseño clásico.

En cualquier caso, la X-M5 es un movimiento lógico para la marca y, en cierto modo, esperado. No todo el mundo quiere gastarse tanto en una cámara y permitir acceder al mundo X por mucho menos parece una gran idea.
Eso sí, estamos convencidos de que quienes estuvieran pensando en una X-E5 con visor y estabilizador seguramente prefieran seguir esperando. Ojalá algo en esta línea y alguna compacta por debajo de la X100 VI esté también en los planes de la compañía.























100% con la ultima frase del ultimo parrafo:
Ojalá algo en esta línea y alguna compacta por debajo de la X100 VI esté también en los planes de la compañía.
Pues como fiel y enamorado usuario de la «sin estabilizador, ni visor, además de un titubeante en enfoque», Fuji XF10. Por su calidad y compacidad real que, me ha creado adiccion a ella. Espero con ganas (y billetes en mano) su sucesora, con mejoras obvias.
Vamos, una hermana pequeña de la X100VI, que no supere los mil euros.
Ya me va bien el sensor de 26MP, pero toca un enfoque (procesador) potente minimamente. Y de nota seria la posibilidad de poder acoplar un visor en la zapata, para momentos puntuales. Aun que el accesorio costase medio riñon, seria mejor que nada.
Tocar seguir esperando, pues.
Que largo el camino del fujista pobre, pero que largo.
Sin visor ni estabilización y más hoy en día… «pa ellos».
Según fujifilm a us$799 el cuerpo solo y 899 con el xc 15-45
Parece la respuesta de Fuji a la Panasonic S9, que es mucho más cara por ser FF.
Esta cámara es una clara rival para la Sony ZV-E10 y Nikon la Z30, ambas sin estabilizador ni visor electrónico, enfocadas al vlogging. Para mí son prestaciones importantes pero teniendo en cuenta su precio y su posición de gama más baja era lógico que prescindieran de ellos.
Si existe una X-E5 con estabilizador o alguna hermana menor de la X-100 tened claro que por precio estarán con las X-T50 o X-S20.
«..Si existe una X-E5 con estabilizador o alguna hermana menor de la X-100 tened claro que por precio estarán con las X-T50 o X-S20.»
No ISO Alto, no. No me chafes la guitarra antes de que llegue! 😉
Además, lo veo un Sinsentido (con todos mis respetos, lo digo) que una presunta hermana pequeña de la actual X100VI, tenga un coste de solo 200€ (aprox.) menos.
La hermana pequeña de la X100VI, puede ser perfectamente esta misma X-M5 (no hace falta que se rompan los cuernos pensando en disños diferentes) però con objetivo fijo de 28 o mejor de 35mm y estabilizador por 1200€.
E insisto en mi sueño humedo: Posibilidad de adicionar visor optico a la zapata de flash, como el que tiene de hace años la saga Ricoh GR. (Cueste lo que cueste y a decisión del comprador)
Honestamente, prefiero gastar esos 900 euros en la nueva Rollei 35 AF de Mint. Me parece una cámara mucho más interesante.